Visita a la clínica veterinaria

Harpo ha pasado el segundo día en la casa de acogida. Ha sido una jornada muy intensa. Todavía no está bien ubicado y no paran de sucederle cosas nuevas y extraordinarias. Hoy lo hemos llevado a a la clínica veterinaria a hacerle un chequeo y a esterilizarlo.

El viaje ha sido un poco largo, pero ha subido por su propia voluntad al coche y se ha acomodado.



En la veterinaria se ha portado muy bien: le han sacado sangre, le han hecho una pequeña exploración, con radiografías incluidas y le han esterilizado. Para no estresarlo más de lo que ya estaba, la veterinaria le ha visitado en el suelo por no subirlo a la mesa de exploración, cosa que hemos agradecido.

Ahora se está despertando de la anestesia y en unos días tendremos resultados de la analítica.

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El estado de salud

Aparentemente Harpo es un cachorro sano. La sordera solo es una discapacidad que requiera pequeñas adaptaciones, sobretodo por parte de las personas. Ahora que parece un poco más tranquilo vemos algunas evidencias que requieren la visita a la clínica.

A simple vista, el cachorro está lleno de heridas y cicatrices en las patas, la cabeza y el cuello que manifiestan las agresiones a las que ha sido sometido por su manada. Algunas de estas heridas aparecen muy abultadas, pero no se aprecia infección.






Más en profundidad se observa muchas ampollas en la zona del pene y cara interna de las patas traseras.



Tiene mucha rigidez en las patas traseras, a veces arrastra las puntas y parece que anda a "horcajadas". Creemos que puede deberse a la tensión nerviosa. Esta tarde nos dará su opinión el veterinario.


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Empezando la recuperación

A las 24 horas de la llegada de Harpo a la casa de acogida, prácticamente no es capaz de moverse, a penas camina y si lo hace es casi arrastras. Esta tarde ha estado el educador canino en casa para ayudarnos con su recuperación. Lo que en un principio podría parecer el gran problema, la sordera, no es nada comparado con el pánico que siente el cachorro. Lo primero que se debe hacer es que Harpo gane autoconfianza y que pierda el miedo. El educador nos deja pautas claras:

- no castigar ni corregir;
- paseos diarios pero sin forzarle a caminar para que experimente el nuevo mundo;
- evitar movimientos bruscos cerca suyo y suavizarlos en casa;
- motivarlo para que se acerque, para que camine, para que se siente;
- darle de comer en un "kong"
- trabajo de olfato

Harpo es un buen aprendiz, en las tres horas que estuvo Carles con nosotrxs empezó a mover la cola, nos olfateo la cara, aprendió a sentarse y a tumbarse con indicaciones gestuales, se puso el arnés y salió a la calle. Tiene un buen pronóstico este Harpo!



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El Rescate

Ha llegado el día y partimos hacia la comarca dónde se encuentra el cachorro en peligro de muerte. El viaje dura un poco más de una hora y con los nervios hemos olvidado el mapa. Para hacer la última parte del viaje hemos de llamar para qeu nos venga a buscar y nos guíen. No importa el despiste, ya estamos muy cerca.

Llegamos donde está el cachorro y observamos que es bastante más pequeño que su hermano y está mas delgado. Tiene heridas en las patas y la cabeza y se le nota como apagado. Se mueve más despacio, siempre temiendo que alguno de los otros perros le vaya a agredir. La sordera no se aprecia pues ante la excitación de la manada es imposible saber a que se deben sus reacciones.

Intentamos sacarlo andando con arnés y correa pero resulta imposible se revuelve al sentir atado y los otros perros va a ver que pasa. Le hacen cruzar la verja en brazos y una vez fuera lo dejamos en el suelo. Su primera experiencia en la calle ha de ser positiva. A base de premios lo hacemos entrar en el coche. El tiempo parece que no pasa pero al final entra por sus propias patas. ¡Ya está a salvo!




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Casa de acogida

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Los días van pasando y no se consigue nadie que puede acoger al cachorro para evitar su muerte. Es difícil pues, las casas de acogida habituales están al completo y es imposible hacer un hueco a un perro de 8 meses que ya pesa unos 20 kilos. La sordera no es una discapacidad difícil de llevar, aún así pocas personas se atreven a convivir con un animal sordo.

Por fin ha salido una casa de acogida aunque no es la ideal pues en la casa viven dos gatas y no sabemos como reaccionará el perro. Empezamos los preparativos para ir a buscar al cachorro. Trasportin, collar, arnés, correa, golosinas, mantas y toallas. Nunca se sabe que va a hacer falta y lo mejor es pensar en todas las posibles situaciones que pueden ocurrir con un animal que en su vida ha salido a la calle y que se separará de su manada por primera vez.



Con todos los preparativos hechos sólo falta concertar la fecha para el rescate y en un par de días la sentencia de muerte que planea sobre el cachorro habrá desparecido.

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